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Tipos de apego: ¿cuál es el tuyo?

Alejandra Hernández

Artículo redactado por Alejandra Hernández

Soy psicóloga sanitaria, sexóloga, terapeuta EMDR y terapeuta Sensoriomotriz. Dirijo los centros Hernández Psicólogos de Málaga, Marbella y Fuengirola donde he seleccionado a excelentes psicólogos para rodearme del mejor equipo para la atención a personas en el área del bienestar y la salud mental.

La forma en que una persona se comporta, interactúa con otros, maneja y expresa sus emociones e incluso elige su pareja en el futuro, está profundamente influenciada por el tipo de apego o vínculo afectivo establecido durante la niñez con sus padres o cuidadores.

A continuación, te cuento qué es y cuáles son los diferentes tipos de apego identificados por la teoría de John Bowlby, las consecuencias que tienen en la vida adulta del individuo, los patrones de comportamiento asociados a cada tipo de vínculo y su impacto en las relaciones personales íntimas.

¿Qué es el apego?

El apego es el vínculo emocional profundo y duradero que se establece entre dos personas. Este lazo se manifiesta en el deseo de proximidad y en una mayor sensación de seguridad cuando estamos junto a nuestra figura de apego.

Se establece desde los primeros momentos de vida entre la madre y el recién nacido o la persona encargada de su cuidado. Y se relaciona con dos sistemas principalmente: (1) el sistema exploratorio, que facilita al bebé la interacción con su entorno físico a través de la percepción sensorial, y (2) el sistema afiliativo, que le posibilita establecer conexiones con otras personas.

La función del apego es asegurar el cuidado, el desarrollo psicológico y la formación de la personalidad. 

De acuerdo con López (2009), el apego consta de tres elementos fundamentales: (1) una construcción mental que fomenta una relación de pertenencia y compromiso incondicional, (2) una unión emocional que genera sensaciones de felicidad y confort, y (3) un sistema de conductas de apego que buscan mantener un contacto privilegiado.

La teoría de John Bowlby sobre el apego

El estudio del apego tiene raíces en los trabajos de Freud, ya que se refiere a una relación emocional con otra persona. Una relación en la que intervienen el consuelo, el placer y el cuidado, y que debe fluir en ambas direcciones. Esta conexión puede manifestarse en relaciones de pareja, familiares o de amigos.

Sin embargo, más que a Freud, se considera a John Bowlby el creador de la teoría del apego. Centró gran parte de sus investigaciones en comprender esta conexión entre los seres humanos, especialmente cuando las relaciones son duraderas y significativas.

Posteriormente, Mary Ainsworth, quien estudió el apego infantil y observó las reacciones de los niños cuando se separaban de sus madres y luego las volvían a encontrar, identificó tres tipos de apego: el seguro, el ansioso-ambivalente y el evitativo. Luego, otros dos investigadores, Main y Solomon, catalogaron un estilo de apego más: el desorganizado.

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4 tipos de apego

A continuación, veremos en qué consiste cada uno de los tipos de apego propuestos por Bowlby, así como algunas manifestaciones en niños y adultos.

1. Apego Seguro

En la niñez, un apego seguro permite que el niño se distancie de sus padres sin demasiados problemas. Buscará la protección y el consuelo de estos cuando sienta temor y expresará alegría al reencontrarse con ellos.

Los padres que fomentan un apego seguro juegan mucho con sus hijos, evitando la creación de dependencia. Demuestran afecto, enseñan a gestionar y comunicar emociones, y a sentirse valorados. Esto conduce a que los niños sean más independientes y comprensivos, pero para ello es necesario hallar el equilibrio perfecto entre una atención constante, sin dejarles espacio para desarrollarse y equivocarse, y el desentendimiento o ignorancia.

En el adulto, un apego seguro se traduce en una autoestima sana y relaciones interpersonales estables y de confianza. Las personas con este tipo de apego no tienen problema en expresar sus emociones y sentimientos con amigos y parejas.

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2. Apego ansioso o ambivalente

El apego inseguro se subdivide en tres tipos: ambivalente, evitativo y desorganizado. Durante la infancia, los niños con apego ansioso o ambivalente muestran desconfianza hacia los extraños, experimentan estrés y ansiedad cuando sus padres se ausentan y, al regresar estos, no encuentran consuelo y se sienten enfadados. 

Este patrón puede dar lugar a relaciones de dependencia de la pareja y es uno de los más comunes en la crianza de los niños, aunque no es el más recomendable.

En la edad adulta, este estilo de relación se manifiesta en una gestión deficiente de las emociones y en rupturas frecuentes. 

3. Apego evitativo

El apego evitativo se manifiesta cuando los niños evitan a sus padres o no buscan consuelo ni contacto con ellos cuando sienten miedo o enfrentan problemas. Estos niños reciben poca o nula atención, lo que afecta su desarrollo y confianza en sí mismos. Además, pueden dudar del cariño de sus figuras de referencia. Este tipo de apego es común en situaciones de padres ausentes o abandono.

En la edad adulta, este patrón se traduce en la incapacidad para expresar emociones, evitación de relaciones íntimas y personalidades inseguras con baja autoestima.

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4. Apego desorganizado

Los niños con apego desorganizado presentan comportamientos que son una combinación de los tipos de apego previamente mencionados. Frente a sus padres, estos niños pueden actuar de manera confusa o indecisa, y no es raro que asuman roles de cuidado hacia estos.

Al llegar a la adultez, a menudo enfrentan dificultades para establecer relaciones debido a estos patrones de interacción tempranos.

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Para conseguir un apego seguro en los niños, esencial para su felicidad y bienestar futuro, es clave mantener una buena comunicación con ellos, guiarlos en la expresión y manejo de sus emociones, proporcionarles un entorno de confianza y seguridad, satisfacer sus necesidades básicas, demostrarles afecto mediante gestos físicos y verbales, y atender a su salud emocional.

Además, esta sólida base en la infancia les ayudará a desarrollar una autoestima saludable en su vida adulta.

¿Se puede cambiar el estilo de apego?

Sí, se puede cambiar el estilo de apego y, de hecho, este no es estático a lo largo de la vida. El comportamiento en las relaciones está influenciado por la interacción con otras personas. Las amistades, el entorno laboral y las relaciones amorosas tienen un impacto en el tipo de apego y en el papel que desempeñamos con nuevas figuras de apego.

Sin embargo, es crucial entender estas dinámicas desde una perspectiva integradora, reconociendo que las interacciones desde la infancia hasta la adultez afectan el comportamiento actual. 

Una persona que tuvo un apego inseguro en su niñez puede adoptar comportamientos de apego seguro gracias a la influencia de su pareja o un círculo de amigos cercanos y emocionalmente estables. Lo esencial es crear estrategias adecuadas para fomentar la seguridad, utilizando los recursos disponibles.

Además, actualmente, diversos factores psicosociales juegan un papel importante en la formación de lazos afectivos primarios. Por ejemplo, la dificultad para equilibrar trabajo y familia puede llevar a los padres a confiar el cuidado de sus hijos a terceros, así como la falta de apoyo externo o servicios sociales adecuados. Esto indica que la responsabilidad de establecer apegos seguros recae en diversos actores, no solo en los padres, madres o cuidadores directos.

Si te sientes identificado con algunos de los rasgos que hemos mencionado a lo largo de este artículo, te animamos a buscar ayuda profesional para mejorar.

En Hernández Psicólogos Málaga, como especialistas en psicología, analizaremos tu caso particular y te indicaremos cuál es el tratamiento más adecuado.

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Fuentes: 

  • Bowlby, J. (1977). The making and breaking of affectional bonds. The British Journal of Psychiatry, 130(3): 201-210.
  • López, F. (2009). Amores y desamores: procesos de vinculación y desvinculación sexuales y afectivos. Madrid: Biblioteca Nueva.
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